Hay narrativa navideña más allá de Ebenezer Scrooge y sus fantasmas visitadores. Bien lo sabemos en los tres diciembres en los que venimos compartiendo historias que tienen la Navidad como escenario, el cual, por cierto, no se corresponde siempre con esa imagen bucólica y almibarada que se le relaciona… como sucede también en los seis relatos propuestos en esta ocasión, ambientados en diferentes momentos significativos de estas fiestas, si bien lo contado no corresponde exactamente con la típica imagen navideña de familias bien avenidas, gentes rebosantes de alegría e ilusión a granel.
Lo que sí trascurrió con un incuestionable espíritu navideño fue nuestra tertulia. Auténtica Navidad con ambiente.
Cuidado con lo que deseas
Título: «El premio gordo». Autor: Vicente Blasco Ibáñez
En España la Navidad arranca el día 22 con la voz de los niños de San Ildefonso cantando los números y los premios del sorteo de lotería de mayor arraigo popular del país, conocido como «el Gordo». Como buen fotógrafo de hábitos y voluntades, Blasco Ibáñez no deja escapar la oportunidad de convertir en relato ese «si yo fuera rico» que entonan en fuero interno los que en él participan, pero no quedándose en el anhelo eterno de la mayoría de los jugadores, sino contando la vida que viene cuando lo deseado se convierte en realidad y el éxito repentino no trae la felicidad esperada.
- Ideal para: que lo lean quienes llevaban mucho jugado y no se han comido un colín. Es como para acabar diciendo eso de «Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy».
Luz
Título: «Milagro de Navidad». Autor: Jorge Bucay
El autor argentino presenta en esta adaptación de un cuento jasídico el efecto que en una pequeña comunidad causa la sabiduría, bondad y, sobre todo, la capacidad de escucha de un viejo cura.
De los seis relatos, este es el que tiene más acentuado el componente fabulístico, con abundantes elementos simbólicos reconocibles en el cliché navideño tradicional. A varias de las participantes en la tertulia nos recordó a «Navidad en las montañas«, que leímos en 2018 por estas fechas.
Luz frente a oscuridad, sencillez frente a ofuscación, compañía frente a soledad.
- Ideal para: degustar leyéndolo en voz alta al pie del árbol de Navidad rodeado de grandes y pequeños.
La ausente presente
Título: «Navidad sin ambiente«. Autor: Miguel Delibes. Fecha: (incluido en la recopilación de cuentos «La mortaja» de 1970).
Quien más y quien menos puede reconocerse en la escena retratada por Delibes. Cuando lo único que lleva a un grupo de personas a compartir mesa y mantel es la obligación de seguir el ritual, el mal ambiente va de suyo. Caldo propicio para conversaciones cruzadas, para la tediosa sucesión de monólogos, cuadro como este puede hallarse perfectamente en no pocos hogares durante las fiestas.
El inri de «Navidad sin ambiente» es la voluntad implícita de los asistentes de que la cena fracase. Nadie tiene bien digerida la ausencia de la matriarca. Ni la hermana del clan en la que recae el deber de asumir sus funciones ni el resto de comensales. Cada cual en su papel hace todo lo posible para que la ausente esté presente, si bien no en el buen y sano sentido, sino como excusa para el reproche, escaparate de las tiranteces existentes entre todos ellos. Muerta la madre, queda roto el nexo de unión. El peso del rito sobre el sentimiento genera una atmósfera irrespirable. La situación se vuelve insoportable también para el lector, deseoso de que llegue el final. Tal vez porque el asunto no suena a marciano.
- Ideal para: los sufridores de navidades sin ambiente, más comunes de lo esperado.
Un sentido
Título: «Una Navidad«. Autor: Truman Capote. Fecha: 1983.
Empezó a escribir para mitigar el aislamiento sufrido durante su infancia. Quien sepa algo sobre la vida de Truman Capote y haya leído este relato podrá identificar en él no pocos detalles autobiográficos. En la rabia con la que el niño protagonista se refiere a unos padres que no ejercen como tales reconocemos la soledad en la que se crio el autor, obligado por las circunstancias a madurar precipitadamente.
Si bien es cierto que en el relato está presente esa pérdida anticipada de la inocencia, también recoge como contrapeso cómo la capacidad para sorprenderse e ilusionarse viene de la mano de pequeñas y sencillas acciones. La misma maestría con la que Capote resuelve el relato es muestra de cómo la creatividad y la imaginación se activa con algo tan inmaterial como importante como es significar verdaderamente algo para alguien. Tiene un cierre maravilloso que deja un delicioso sabor de boca.
- Ideal para: quien haya perdido la ilusión en la Navidad en medio de la fiebre consumista. La cosa no está tanto en dar presentes como en estar presente.
Esperanzas aguadas
Título: «Vida nueva«. Autora: Emilia Pardo Bazán. Fecha: 1893
Emilia Pardo Bazán refleja bien el nudo en el estómago que se forma, de manera más o menos intensa, conforme se acerca la medianoche del 31 de diciembre, vértigo que sobreviene por efecto del balance del año a punto de irse y la incertidumbre ante lo que resta por venir. Sensaciones ambas sin anclaje temporal, lo que permite al lector zambullirse en la historia desde la primera letra y nadar a placer en ella hasta el punto final. Que cuente con una prosa bien trenzada facilita también el asunto.
La autora baña la trama de cierta desazón existencial. En Ángela, la protagonista, y la variedad de estados emocionales que experimenta en las últimas horas de Nochevieja y primeras de Año Nuevo está esa provisionalidad de la vida, pero, a la vez, la frustración por ese cambio que no acaba de cuajar.
- Ideal para: tomar sorbitos de la historia a las puertas del año entrante, pero sin pasarse: demasiada melancolía puede resultar peligrosamente amenazante para llevar a término los propósitos para el nuevo año.
La magia del cariño
Título: «El regalo de los Reyes» (original «The gift of the Magi«). Autor: O. Henry. Fecha: 1905
Hubo en la tertulia quien señaló cómo en este relato ejerce como elemento precipitador de la trama esa obligación social de «tener que regalar» por muy adversas que sean las circunstancias económicas. Cierto, pero no lo es menos la manera en la que se resuelve la historia, en la que los protagonistas se afanan por atinar al cien por cien en el regalo, adquirido tras haber hecho importantes renuncias.
A O. Henry sus críticos le afean que abuse del factor sorpresa en el desenlace de sus historias. En este relato el recurso no solo no parece forzado, sino muy al contrario, resulta bastante pertinente.
- Ideal para: quien busque un relato navideño que le llegue a conmover.

Anecdotario
Frases dichas durante la tertulia con el desatino suficiente, la solemnidad justa, el momento preciso y la naturalidad adecuada como para que nos sea difícil olvidarlas:
- En esa tienda se descambian paraguas por dinero.
- Si yo mañana «kaufe» patatas, «kaufe» patatas.
- Estoy planificando una pregunta.
- Más vale un «por si acaso», que un «quién lo iba a saber».
- Nächstes Mal, vamos mal.
- Los 40 años son los años de la serenidad y del peligro.
- Los nuevos 40 son los viejos 30.
También se habló de
- El agua del carmen
- Grupo de humor «Martes y Trece». Espectáculos de Nochevieja. Gag de la «empanadilla de Móstoles».
Por María Ortiz
[…] “Navidad sin ambiente” titula Miguel Delibes un relato sobre una cena de Navidad española al uso, con sus cuñaos, sus allegados, sus reproches, sus tensiones, sobre ausencias que están bien presentes, cosicas que seguro que no te resultan extrañas. Bien podíamos tomarle prestado el título para etiquetar este diciembre en el que nos está costando un poquito más de lo habitual conectar con el también muy llevado y traído concepto del “espíritu navideño”, de lo que, por cierto, va sobrado el relato “Mi tío sonreía en Navidad” del argentino Daniel Moyano y la novela corta “Navidad en las montañas” del mexicano Ignacio Manuel Altamirano. Os invito a leerlos porque tal vez os animen a sacar de la caja las figuricas del belén, las escarchas del árbol, los papanueles trepadores del balcón. Decoraciones, que por allí bajos sois mucho de poner en el puente de la Purísima que ya dejamos atrás. Así que, si no lo habéis hecho todavía, ¡ya estáis tardando! […]
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