Diez razones para leer a Soledad Acosta de Samper

Hay muchas razones para acercarse a Soledad Acosta de Samper (1833-1913). En nuestra tertulia de marzo hemos conversado sobre «Novelas y cuadros de la vida suramericana» de esta autora colombiana y de las reflexiones compartidas he extraído diez puntos que bien pueden servir como incentivo para animar a otras personas a la lectura de textos de una figura muy importante en la construcción de la identidad nacional de Colombia tras su independencia y en la lucha por la emancipación de la mujer y su acceso a la educación. Periodista, escritora, empresaria, intelectual, traductora, políglota, Soledad Acosta, sin embargo, está empezando ahora -un siglo después- a ser valorada como merece, en particular por su labor en defensa de los derechos de las mujeres en la Latinoamérica del siglo XIX.

Por qué leer a Soledad Acosta: 10 razones

  1. El estímulo de lo desconocido (o no suficientemente dado a conocer), como es la biografía de esta mente lúcida del siglo XIX, hoy digna de ejemplo y consideración.
  1. El idioma español como patria común. En el prólogo “Dos palabras al lector” que escribió el marido de Soledad podemos leer una apelación a la hermandad de los pueblos unidos por una misma lengua, la de “Cervantes y Moratín”. El tiempo parece haberle dado la razón al respecto de ese panhispanismo, punto en el que actualmente se encuentra la comunidad hispanohablante a nivel mundial, en claro crecimiento y consolidación.
  1. Lo mejor de cada casa. En esta prosa hay mucho de romanticismo literario. En «Dolores» es evidente. También recoge usos y costumbres locales, nota predominante en “La madrina”, si bien excede el corsé del costumbrismo en otros como “Un crimen”, que podemos situar en la línea de crítica social del realismo más seco.
  1. Ventana a una Colombia en formación. En estos relatos hay bastante del clima de aquella Colombia recién independizada. Nos ha resultado muy enriquecedor. También funcionan como foto fija de la situación de la mujer y del funcionamiento de la sociedad de entonces.
«Notables de la capital, provincia del Socorro». Carmelo Fernández. 1850. Bbca. Nacional Colombia
  1. Mostrando, critica. Relatando un suceso, me refiero a “Un crimen”, ya está ejerciendo la denuncia social del poder corrupto y la impunidad de quienes ostentan el poder sobre los poco pudientes, que se ven abocados a resignarse con que la justicia le venga de Dios, ya que la de los hombres les falla.
  1. La puesta en valor de la vida sencilla, de la rutina, lo cotidiano. Soledad Acosta se erige como valedora de la tradición local. En buena parte de estos relatos ella misma (o a través del narrador) aclara que les fueron referidos por tal o cual persona, confiriéndole verosimilitud al texto. Es el recurso literario de la historia que se escucha y se cuenta para que conste.

Es esa vida tranquila por la que opta Luz y por la que tan alto precio tiene que pagar. Es esa nostalgia de vida sencilla que desprende el relato de «La madrina». Me han recordado a ese canto a la sencillez de “El camino” de Delibes.

«Tejedoras y comerciantes de sombreros de nacuma, o panamá, en Bucaramanga». Carmelo Fernández (1850). Bbca. Nacional Colombia
  1. El cambio social, un arduo proceso, continuo e intenso, a largo plazo. Con nuestras gafas de mujeres de marzo de 2020 cuesta ver a primera vista en la obra de Soledad Acosta una prosa rompedora. Esta posición, que adoptamos con frecuencia para juzgar actuaciones del pasado, es absolutamente errada. Hay que valorar y analizar los hechos en su contexto. Soledad claramente salió de su zona de confort y optó por crear, emprender y amarrarse a la bandera de la educación como derecho universal. ¡Cuántas Aurelianas no habría a su alrededor que la ningunearan! ¡Cuántas Mercedes no la entenderían! Pudo elegir una vida cómoda y, sin embargo, hizo, promovió, sembró inquietudes, emprendió. Su ambicioso objetivo de contribuir al cambio social, del que estaba absolutamente convencida, era cuestión de tiempo e insistencia, de hacer mucho y de hacerlo continuamente. La mantuvo en una intensa e ininterrumpida labor que se concretó en cerca de 200 textos entre novelas, cuentos, obras teatrales, ensayos, artículos periodísticos, textos de historia, relatos de viajes y traducciones del francés, el inglés y el alemán.
  1. La educación como elemento vertebrador de la sociedad. Se ve claramente en “Luz y sombra”. Buena parte de su obra tuvo/tiene una función moralizante y ejemplarizadora. Este relato, en concreto, debe verse como una fábula o parábola. Así lo delata su propia estructura, en la que  destaca la presencia de una moraleja explícita que la autora incluye al final: “Sin educación esmerada, sin instrucción ninguna, al perder esa hermosura que era su único atractivo, los admiradores fueron abandonándola sucesivamente”. Es decir, la educación es esa garantía de porvenir para la mujer.

Su planteamiento está en la misma línea de reforma social a través de la educación presente en las obras ilustradas de Leandro Fernández de Moratín (lo vimos cuando analizamos «El sí de las niñas») o de Gaspar Melchor de Jovellanos.

  1. Los «versos sueltos» como motor de cambio. La autora «pinta» cuadros de costumbres, se hace eco de hábitos populares, sitúa a los personajes haciendo lo previsible, lo que se espera de los de su clase. Lo que ocurre es que en esos cuadros algunos de estos protagonistas no hacen lo que se espera de ellos, que es callar y aceptar, sino que afrontan la vida a su cuenta y riesgo, haciendo uso de la libertad y eligiendo lo que quieren y desean para sí. En el caso de «Un crimen», Luz no se resigna a hacerle el gusto a Don Bernardino, el alcalde, y elige a Rafael como pareja. Y Rafael decide acompañar al alguacil y su cuadrilla porque no tiene nada que esconder, va de frente, aun intuyendo un mal final para él. Luz y Rafael actúan como modelos de esos versos sueltos necesarios para que la sociedad cambie y salga de vicios e inercias perjudiciales.
«Paseo de una familia a los alrededores de Bogotá». Manuel María Paz. 1855. Bbca. Nacional de Colombia
  1. Puntos de vista. En la mayoría de los textos viene a ser el del narrador. El relato “Un crimen” me parece el más interesante, pues en él se introducen diferentes puntos de vista de los hechos (el de las mujeres que esperan, el del niño que cuenta, el del alcalde, el del narrador…). Tiene un estilo próximo al de la crónica periodística.

Una última reflexión: Hay un río que surca y baña todos los relatos. Hay un hilo que cose sus reflexiones: la libertad. Soledad vive en un momento histórico en el que la conquista de la libertad articula el discurso en diferentes planos: la libertad e independencia de Colombia, la libertad individual que empapa la filosofía política de Europa y la libertad y emancipación como objetivo particular para las mujeres.

De tu interés

  • Documental sobre la investigación en torno a la autora. Vídeo
  • Biblioteca Digital Soledad Acosta de Samper
  • Todas las imágenes utilizadas para ilustrar este artículo han sido tomadas de la Biblioteca Digital Mundial. Más

Ficha

  • Título: «Novelas y cuadros de la vida sur-americana»: «Dolores», «Ilusión y realidad», «Luz y sombra», «Mi madrina» y «Un crimen». También hemos leído el prólogo y la introducción a «El corazón de la mujer (ensayos psicológicos)».
  • Autora: Soledad Acosta de Samper
  • Fecha: 1869
  • Comentado en la tertulia de marzo de 2020

 

Por María Ortiz

1 comentario en “Diez razones para leer a Soledad Acosta de Samper”

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s